domingo, 26 de diciembre de 2010

Un par de enlaces interesantes

Querido lector:

Lo siento, pero los motivos que me mantienen alejado de aquí tienen cierto aire de ir a cronificarse. En compensación, le adjunto un par de enlaces hacia entradas de macrons que me ha suministrado su autor y encuentro sumamente sugerentes. Por si resultara de su interés seguirle.

http://www.wikio.es/user/macrons

http://www.bolsageneral.es/category/macrons/

Salud

martes, 9 de noviembre de 2010

En el dique seco


Querido internauta:

Durante algún tiempo (me temo que no puedo saber cuánto), mis escasas reservas de entusiasmo serán más necesarias en otra parte, por lo que no actualizaré mis blogs. En el ínterin, si lo desea, puede escribirme a la dirección:


Prometo responderle, pero no necesariamente con prontitud.

Entre tanto, si le gustaban mis entradas es posible que disfrute también con los sitios que sigo (puede consultarlos en mi perfil). También suelo visitar con frecuencia las siguientes páginas web:

 




Por último, me resultan casi siempre de interés las siguientes publicaciones:

Mensuales
- "Le Monde Diplomatique" (también existe una edición en español que no está mal)
- "Claves de la Razón Práctica"
- "El Viejo Topo" (aunque a veces sea un poco sensacionalista"

Semanarios
- "The Economist"

Diarios
- "Cinco Días" (como toda la prensa económica española es conservador, pero bastante menos que el resto de las grandes publicaciones)
- "Público" (aunque carezca de profundidad en los análisis por falta de medios)
- "El País" (que hay que leer cada vez con mayor cuidado debido a su permeabilidad creciente a postulados neocon, pero al menos suele reflejar datos correctos)
- "The New York Times"


Gracias por leerme.

Salud,

César

jueves, 4 de noviembre de 2010

JEFES EN CRISIS


Que el título no le llame a engaño: lo que sigue no es una crítica a la clase empresarial en general (porque pagarían justos por pecadores) ni al inefable Díaz Ferrán en particular (porque, aunque legítima, resultaría ya algo reiterativa). Tampoco es una diatriba contra las técnicas de management al uso por parte de los mandos medios (total, nadie me iba a hacer caso). Me limitaré a hacer algunas sugerencias, que estimo útiles por lo poco que se practican, de cómo un jefe (no sé a usted, a mí vocablos como directivo, gerente o, aún peor, manager no me convencen, casi preferiría el venerable aunque peyorativo término de "capataz") debería afrontar cualquier crisis en relación con las personas en la órbita de su responsabilidad. Hablaré, claro está, del trabajo de oficina, que es en el que tengo una experiencia mayor, aunque supongo que la mayoría de mis ideas son extrapolables a otras actividades.



Es probable que, en la presente situación, un jefe goce de escaso margen de maniobra en cuestiones tales como salarios o promociones. Ahora bien, dispone de una amplia serie de acciones que, de ser llevadas a cabo con éxito, estoy seguro que las personas de su equipo agradecerán:



- Oréese. Tenga vida fuera de la oficina. Si usted es el primer workaholic de su equipo, olvídese de cualquier intento de mejora. Desengancharse de la toxicidad del pasilleo y otras drogas afines será duro, pero créame, merece la pena.



- Presérveles de la peor versión de usted mismo. Sin duda, una vez superado el paso anterior, será más sencillo. Sus colaboradores no necesitan escucharle constantemente hablar de sí mismo, especialmente si lo hace de forma elogiosa; es más, estoy por asegurarle que se les hará antipático. Tampoco es probable que soporten con estoicismo sus exabruptos o que sean inmunes a la tensión que lo embarga, en particular si no se esfuerza por transmitírsela atenuada. Quizás no se lo digan, pero a nadie (mentalmente sano, se entiende) le gusta que le llamen a su casa a horas intempestivas o en festivo si no hay necesidad (y casi nunca hay necesidad). Reserve su agresividad para otros menesteres. Seguro que hay alguien que sabrá apreciarla.



- Organícese. Y haga respetar una agenda sensata. Cosas como poder salir habitualmente a la hora teórica de salida del trabajo no tienen precio. Asegúrese de entender la diferencia entre punto y línea cuando solicite un "esfuerzo puntual". En caso contrario, puede que alguna vez se encuentre con una presentación formal (¡con gráficos y todo!) de uno de sus colaboradores donde se lo explique. Entonces será demasiado tarde (al menos si hemos de juzgar por mi caso cuando tuve que hacerlo con un antiguo jefe).



- Despréndase de las manzanas podridas cuanto antes. Ya sé que se supone que su labor es "sacar el máximo rendimiento" de su equipo de trabajo. Pero me temo que el máximo rendimiento que pueden dar algunas personas es cero (esto es, dejar la compañía). A menudo, las manzanas podridas son supervivientes natos que adulan, se apropian del trabajo de las personas válidas, se pasan muchas horas en la oficina... No obstante, felizmente para usted, descubrir su juego suele ser bastante fácil: no saben hacer el trabajo. Si los detecta a tiempo y se desprende de ellos se habrá ganado el respeto de los demás.



- No pretenda obtener de alguien algo que no pueda darle. No todos sirven para todo. Pero casi todos pueden realizar un trabajo útil. La finalidad fundamental de su trabajo debería ser saber cuál es y dónde encuentra mejor acomodo ese trabajo (dentro de su equipo o fuera del mismo). En particular, no se empecine en formar clones de sí mismo. Usted no es tan valioso. Y menos si consigue estar repetido.



- Evíteles reuniones injustificadas y otras pérdidas de tiempo. Sobre todo si el trabajo es de índole intelectual. Existen pocas cosas más destructivas que las constantes interrupciones del flujo de pensamiento.



- Prefiera siempre la Razón a la Idioticia (aunque venga de un superior jerárquico o de un cliente). Fomente la discusión racional argumentada. Además de mejorar el rendimiento, observará con sorpresa que aumenta el grado de relajación, la complicidad y (¡no va a creérselo!) el disfrute lúdico de los intercambios de opinión.



- Asuma sus errores como propios. Al fin y al cabo, usted es el responsable de los fracasos.



- Atribúyale el éxito a otros. ¿Qué le cuesta? ¿Tiene problemas de autoestima (si es varón, lea "micropene" en lugar de "autoestima")? No van a solucionarse ufanándose de sus logros (reales o no).



Por último, sería prudente que antes de emprender la tarea que le describo arriba, se buscara usted otro trabajo. No es probable que en su compañía le permitan actuar de escudo del personal a su cargo durante mucho tiempo, ya que podría cundir el ejemplo. Un antídoto que a veces resulta eficaz: apresúrese a atribuir el incremento de productividad de su equipo a la práctica de las ideas del Presidente, el Consejero Delegado o alguien lo más próximo que se pueda de la cúspide del escalafón. Suele haber algún documento corporativo lo suficientemente ambiguo para que pueda utilizarlo en tal sentido. Quizás eso le salve.



Si es usted responsable de Recursos Humanos y le llega esto... Tal vez no esté haciendo bien su trabajo. O quizás lo esté ejecutando demasiado bien.



Si es usted jefe y ha recibido esto de una persona que trabaja para usted, está de enhorabuena: al menos se le tiene por alguien con sentido del humor.



Si por ventura ha trabajado usted para mí alguna vez, o incluso ha sido empleado mío durante mi corto periplo empresarial, le ruego me perdone que (con frecuencia) no haya estado a la altura de las recomendaciones que enuncio aquí. Yo tampoco soy perfecto, ¡pero antes lo era aún menos!


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domingo, 3 de octubre de 2010

IRPF: ¿LOS RICOS TAMBIÉN LLORAN?


Parece que por fin, y tras la habitual serie de globos sonda, contradicciones y desmentidos, la reforma fiscal del gobierno español elaborada para repartir “de forma equitativa” el esfuerzo ante la crisis, ya es definitiva.

No le voy a engañar. No es que me esperara mucho habida cuenta del afán que se venía demostrando para no molestar a los ricos, pero aún así me he visto defraudado en mis expectativas: los cambios no llegan ni a la categoría de cosméticos.

En efecto, la reforma limita su alcance a un incremento de entre el 1 y el 2% para los tramos superiores de las rentas del trabajo del IRPF. Las rentas sobre el capital no se tocan, una medida que es difícil de entender en un gabinete pretendidamente de izquierdas cuando en el Reino Unido, de gobierno conservador, han subido 10 puntos porcentuales (y no ha pasado nada, ¿ha oído usted algo sobre una fuga de capitales en la Pérfida Albión?). Sobre todo, si tenemos en cuenta que en España el tipo marginal máximo de las rentas del trabajo antes de la reforma (43%) ya era más del doble que el máximo de las rentas del capital (21%). Situación agravada por el hecho de que es mucho más fácil la evasión fiscal (o cuanto menos, cierto grado de “optimización fiscal”, como dicen los banqueros privados) en el segundo de los casos, como a nadie se le oculta.

Permítame una obviedad: la principal fuente de rentas de los ricos (las que en teoría se quieren gravar aquí) no vienen del trabajo, sino del capital. En concreto, por fijar un punto de corte todo lo arbitrario que se quiera, los ingresos del trabajo de los sujetos que declaran más de 600.000 euros anuales sólo representan el 18%. ¿Qué quiere esto decir? Pues que en el tramo mencionado, el incremento real de la presión impositiva de la reforma del IRPF es del 0,36% de media (a mayor riqueza, menos incremento). Bastante menos de la décima parte del esfuerzo exigido a los funcionarios, por ejemplo. Pobrecitos ricos... Tal vez tengan que recortar un poco la generosidad de la cesta de navidad del servicio.

A todo esto, ¿qué dice el principal partido de la oposición? Pues que el Partido Popular bajará los impuestos sobre el capital cuando llegue al poder (aunque con cierta habilidad, digna de mejor causa, los denomine “impuestos sobre el ahorro”).

Me temo que con la clase política que nos ha tocado en suerte, los ricos también lloran, pero de risa.




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Más sobre políticas económicas asimétricas en España en mis blogs:



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miércoles, 8 de septiembre de 2010

PRESUPUESTOS Y NACIONALISTAS: HACIENDO MEMORIA


Cuanto más medito en la capacidad que tenemos de engañarnos, más se me escapa entre los dedos flojos la arena fina de las certezas deshechas
(Fernando Pessoa: “Libro del desasosiego”)


Había una vez…

Sí. Ya sé que no es de recibo comenzar así, pero siempre había tenido ese capricho. De este modo empiezan las fábulas, cuentos y otros pasatiempos de índole más o menos festiva. Es la manera de prevenirle de que cualquier parecido de lo que voy a contarle con la realidad de nuestro querido país no sería sino el producto de su agitada mente. Reclamaciones al Maestro Armero.

Como iba diciendo (y deje ya de interrumpir o no acabaré nunca), había una vez un Reino donde se alternaban en el gobierno dos organizaciones: El Partido Azulón y el Partido Rojillo. Más allá de la verborrea específica destinada a complacer a la grey de cada uno, no había grandes diferencias en su cosmovisión. De hecho, los más sabios del Reino aseveraban que el único proyecto político de ambos era alcanzar el poder y mantenerse en él durante el mayor tiempo posible. Lo que explica que sus opiniones experimentaran violentos giros dependiendo de si en ese momento realizaban funciones de Desgobierno o de Desleal Oposición. De creer a estos sabios, también cabe dar razón de esta suerte del motivo por el cual defendían posturas antagónicas según estuvieran o no en el poder en las distintas Taifas que componían el Reino…

… Porque el Reino se hallaba dividido en Taifas heterogéneas. En algunas de estas Taifas el poder solían detentarlo Organizaciones de Taifa con fuerte implantación local.

Dado que era habitual que el Partido Azulón y el Partido Rojillo estuvieran muy igualados en las elecciones generales del Reino, y, por otra parte, carecían de cualquier asomo de sentido de estado para ponerse de acuerdo entre ellos, necesitaban con frecuencia del concurso de las Organizaciones de Taifa para sacar adelante sus leyes en el Parlamento del Reino. Esto hacía que, sabedoras de su posición de fuerza, éstas obtuvieran ligerísimas ventajas para su Taifa en la negociación de los Presupuestos del Reino cada vez que les era posible. Este lento goteo iba erosionando el Principio de Equidad, que corría el riesgo de convertirse por la vía de los hechos en una vieja y olvidada abstracción.

Las Organizaciones de Taifa no podían dejar de hacer lo que hacían, por cuanto la justificación (inconfesa) de su existencia era precisamente este ventajismo del que se limitaban a hacer un uso racional. Sus electores no habrían entendido que se comportaran de otro modo. Por supuesto, cuando era el Partido Rojillo el que gobernaba, el Partido Azulón lo acusaba de someter al Reino al chantaje de las Organizaciones de Taifa, mientras que si era al revés, tal transacción se convertía en una contribución responsable a la gobernabilidad del Reino. Como puede imaginar, lo mismo sucedía a la inversa.

Y así estaban las cosas cuando una crisis terrible asoló el Reino. Como consecuencia de ello (y de su oposición al agravamiento del proceso que explicaba hace un momento), el muñidor de los dineros se constituyó en chivo expiatorio y fue sustituido en su cargo por el Hada Poliédrica. Ésta, retada además por las exigencias y reivindicaciones históricas de las Taifas corporeizadas en el Monstruo de la Devolución, concibió una sutil artimaña para hacer cuadrar los números: un sistema perspectivista, que permitía leer las cuentas de las cantidades comprometidas por el gobierno para alimentar a la Bestia de forma distinta según cada Organización de Taifa interpretara los datos, de modo que pudieran guardar las apariencias con sus votantes sin que se continuaran deteriorando las finanzas del Reino. De esta manera, de un solo golpe, se conjuraban todas las futuras amenazas.

Y los heraldos trompetearon la buena nueva y todos fueron felices y comieron perdices…

… Hasta que llegó el año siguiente y hubo que negociar de nuevo los Presupuestos del Reino. Entonces el conjuro de ambigüedad del Hada Poliédrica comenzó a desvanecerse para tormento de los súbditos que alguna vez se creyeron ciudadanos. 





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miércoles, 4 de agosto de 2010

GREGUERÍAS ECONÓMICO-FINANCIERAS


Estos días del ferragosto mi pereza, siempre al acecho, se ha enseñoreado de mi caletre, por lo que espero me disculpen si esta entrada tiene cierto aire de Revista de Verano. Acaso la siguiente selección de bobadas ayude a refrescarles un poco el estío. Anímense y contribuyan con alguna idiotez de su gurú preferido en alguna de las categorías de la competición. Allá van mis candidatos:

PREMIO BOLA DE CRISTAL

Categoría Nacional.- Francisco Álvarez Cascos
"La vivienda está cara en España porque los españoles pueden pagarla"

Categoría Internacional.- Alan Greenspan, entonces presidente de la Reserva Federal
“The development of our paradigms for containing risk has emphasized dispersion of risk to those willing, and presumably able, to bear it. If risk is properly dispersed, shocks to the overall economic system will be better absorbed and less likely to create cascading failures that could threaten financial stability”

PREMIO ESTULTICIA CREATIVA

Categoría Nacional.- José Luis Rodríguez Zapatero
“La nueva reforma laboral es para evitar despidos”

Categoría Internacional.- Jean-Claude Trichet, gobernador del Banco Central Europeo
“In extraordinary times, the economy may be close to non-linear phenomena such as a rapid deterioration of confidence among broad constituencies of households, enterprises, savers and investors. My understanding is that an overwhelming majority of industrial countries are now in those uncharted waters, where confidence is potentially at stake. Consolidation is a must in such circumstances”

PREMIO CINISMO

Categoría Nacional.- Miguel Martín, presidente de la Asociación Española de Banca
“Los bancos españoles están muy animados a dar crédito”

Categoría Internacional.- Lloyd C. Blankfein, presidente de Goldman Sachs
“We believe that strong, conservative risk management is fundamental and helps define Goldman Sachs. Our risk management processes did not, and could not, provide absolute clarity; they highlighted uncertainty about evolving conditions in the housing market”

PREMIO MENUDO FUTURO NOS ESPERA

Categoría Nacional.- Mariano Rajoy
“Ha quedado acreditado que no estamos ante una trama de financiación irregular del PP, sino de una trama de corrupción para aprovecharse del PP”

Categoría Internacional.- Hank Paulson, último Secretario del Tesoro de la administración Bush y responsable del TARP de ayuda a la banca (una aclaración necesaria: la razón de que no proponga a su sucesor con Obama, que practica exactamente las mismas políticas, es que este último no es tan tonto como para dejar sus motivaciones por escrito)
“To protect free-enterprise capitalism, I had become the treasury secretary who would forever be associated with government intervention and bank bail-outs”

De propina, y fuera de categoría, les dejo con el inefable Díaz Ferrán: “Yo soy un accionista más, Marsans lo preside mi socio que es quien lleva el tema ejecutivo”



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domingo, 4 de julio de 2010

LOS REDACTORES DEL FT SON DALTÓNICOS

Hace unos días, el Financial Times, una vez más (y van…), volvía a cargar las tintas sobre la situación de la banca española en un informe que, de nuevo como viene siendo habitual, estaba plagado de errores elementales (lo de decir que el Banco Popular es una entidad no cotizada es como parar mientes en el tipo de fuentes que utilizarán).

También como de costumbre, el dislate del rotativo británico desencadenó la consabida cadena de desmentidos y protestas, así como el socorrido expediente de volver a poner en negro sobre blanco la teoría más o menos conspiranoica sobre la conjura de los periodistas de la Pérfida Albión en connivencia con los del resto de las potencias anglosajonas (ya se sabe, en Barbarilandia las huestes de reporteros siempre andan al acecho en busca de su oportunidad de atravesar el limes y lanzarse sobre la civilización mediterránea).

Sin embargo, cabe una explicación mucho más sencilla; verán ustedes, el antaño prestigioso Financial Times es víctima de sus encomiables políticas de integración social, que vienen dando cobijo en su Redacción, gracias al acuerdo suscrito con la Seguridad Social Británica, a personas con diverso grado de minusvalía que también necesitan sentirse útiles.

Les pondré un ejemplo suministrado por fuentes bien informadas de este extremo. El cuadro de la derecha es una comparativa del apalancamiento financiero de grandes bancos de la Unión Monetaria y del Reino Unido elaborado hace unos días por Bloomberg.

Proceso mental del redactor tipo: Vaya. Parece que la banca alemana tiene un problema aún más serio de lo que parecía. Sus mayores instituciones copan la parte roja del semáforo. Ahora me explico las maniobras de distracción de su gobierno. Por lo que se ve, los bancos españoles internacionalmente activos están en una posición más que razonable. ¡Y el menos apalancado es un banco griego! A veces me avergüenzo de cómo manipulan la información algunos compañeros.

Proceso mental de un redactor de FT (oriundo de Bangladesh, un tipo voluntarioso, pero que apenas habla inglés, daltónico y con problemas de afasia): ¿Qué será esto de “leverage”? A ver… Así, a ojo de buen cubero y grosso modo (que tampoco están los tiempos como para hilar fino, ya me tiene dicho el director que me complique lo menos posible), los bancos alemanes están en primer lugar, luego viene un revoltijo de suizos, británicos y franceses, y a la cola, españoles y griegos. Pues será liderazgo o algo así. Le pediré a John el “Manual de Tópicos y Gracietas” y en cinco minutos tengo listo el artículo.

Fuentes fidedignas nos adelantan en primicia el próximo titular de Financial Times en un monográfico sobre nuestro país: “España: pedo, caca, culo, pis”.

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Espero que me perdonen, pero a veces, resulta útil llevar las cosas al absurdo (por cierto, el cuadro de arriba sí es información veraz).

Cuando se habla (hasta el empacho) de mercados eficientes se asume, entre otras cosas, transparencia informativa. La situación, por desgracia, dista de responder a semejante esquema teórico. Hace ya mucho tiempo que los grandes capitales tomaron al asalto los medios de comunicación general, encargándose así de desactivar el Cuarto Poder para ponerlo al servicio de lobbies.

Con todo, el desembarco en la prensa económica ha sido incluso más salvaje. Si a eso unimos la querencia del ser humano por el dinero y la marea creciente de sensacionalismo (nunca había sido tan amarilla la prensa salmón), tenemos como resultado que medios que antes constituían todo un ejemplo de rigor, como FT o WSJ, hoy no se pueden leer sin cierto bochorno. Finalmente, la afirmación de Goebbels, Ministro de Propaganda del Reich, de que “una mentira repetida mil veces se convierte en verdad” parece que ha encontrado seguidores aventajados. Lo cual, bien mirado, no es de extrañar en un mundo donde es más probable que un periodista acabe en la cárcel por hacer bien su trabajo que por dejarse corromper.

Cosas como la integridad, la imparcialidad, la obligación de difundir la verdad, contrastar las fuentes o distinguir entre información y opinión han pasado al ámbito de la arqueología. Y eso, a largo plazo, resultará mucho más dañino para nuestro ordenamiento socioeconómico que la crisis de marras.

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miércoles, 2 de junio de 2010

El fin del mundo y la normalidad: una reflexión bursátil

Por alguna razón misteriosa, los mismos que hacemos un uso habitual de la historia y la estadística para proyectar presupuestos, beneficios, tendencias, precios y demás variables de similar jaez, nos olvidamos de todo ello cuando nos encontramos con una situación económica desfavorable, eligiendo en su lugar un procedimiento mucho más riguroso y probado; esto es, el método de chuparnos el dedo y someterlo al arbitrio de los vientos para ver de dónde viene el aire, lo que inevitablemente nos hace llegar casi siempre a la misma conclusión: lo que estamos viviendo no tiene precedentes.

Viene esto a colación de la volatilidad con que nos amenizan las bolsas mundiales últimamente y, sobre todo, de los cambios de opinión que, siguiendo sus vaivenes, van sufriendo los gobernantes del mundo mundial como si las variaciones diarias de los mercados fueran un indicador preciso de la salud económica global, que al parecer, experimenta afecciones distintas cada día, así como súbitas remisiones espontáneas.

Cualquier degenerado del análisis numérico o simple observador del comportamiento de nuestra curiosa especie alcanzaría sin embargo a explicar el fenómeno de una forma muy simple: los seres humanos no son racionales y cometen errores sistémicos. Por eso, como los hechos son tozudos, si se analiza cualquier serie de precios de un valor se observa una distribución mucho más leptocúrtica (con colas más gruesas y una fuerte concentración en la media / mediana) de lo que predeciría un modelo normal (que siguiera la hipótesis de expectativas racionales, la célebre campana de Gauss aplicada a las finanzas). ¿Por qué? Porque existen períodos de euforia (cola de la derecha), pánico (cola de la izquierda) y de infrautilización de las inferencias a realizar con los datos disponibles cuando los cambios de información son sucintos (concentración en torno a la media / mediana). En otras palabras: siempre pasa lo mismo porque los hombres somos un saco de pulsiones, qué le vamos a hacer. Cuando se llevan varios años de subidas continuadas en las cotizaciones bursátiles, incrementos del PIB, descenso del paro, etc. se habla de un "nuevo patrón de crecimiento" que hará que el bienestar general del mundo aumente de forma significativa y las crisis sean más pequeñas y dilatadas en el tiempo (recuerden lo que se decía de la importancia de las tecnologías antes de la explosión de las puntocom en la mejora de la eficiencia económica, o lo que se decía de la importancia de China e India como demandantes ubicuos eternos hasta hace tres años; sólo por citar dos casos recientes). Aparecen “expertos” que nos explican las indecibles bonanzas del círculo virtuoso en que nos hallamos y descienden los arcángeles a deleitarnos con el sonido de sus celestiales arpas. Cuando, por el contrario, se produce el pinchazo, siempre aparece algún gurú (a menudo, el mismo que antes) que nos detalla, siempre a posteriori eso sí, las razones por la que estamos ante la peor situación que ha habido en el universo mundo desde el sopicaldo de partículas precursoras; es llegado entonces el momento del Apocalipsis (y de la búsqueda de algún que otro Anticristo al que endosarle el mochuelo mientras se mira hacia otro lado silbando con disimulo).

Lo bueno es que también siempre la realidad se empeña en demostrarnos lo contrario. Cuando los economistas, en nuestra aburrida jerga (casi diríase jerigonza) hablamos de que los mercados “sobrerreaccionan”, nos referimos a esto; si no lo decimos con mayor claridad es por miedo a que nos echen del club y tengamos que ganarnos la vida honradamente (sólo de pensarlo se me abren las carnes). Como ahora todos los "analistos" estamos de acuerdo en que vivimos en el "peor de los mundos posibles" (si se me permite la licencia de ser un poco chistoso a costa de Leibniz) la recuperación es cosa segura. ¿Nos quedan todavía tiempos duros? Sin duda. ¿Saldremos de esta? Pues claro. Lo que sería de agradecer es que los gobiernos mantuvieran la cabeza fría y no bailasen al son de unos mercados carentes de armonía y dirección. Al fin y al cabo, llevamos viviendo en “la peor crisis” periódicamente, desde que existen documentos escritos. ¿Qué tal abordar esta con algo de sosiego? Pensando en el solar patrio y en sus dos principales formaciones políticas (sí, ambas) dan ganas de añadir: “un poquito de por favor”…